Como continuación de mi viaje a la maratón de dibujo en Logroño, fui al país vasco francés donde nací y viví mis primeros años.
En Bayona, me encontré el lunes, con un amigo, aficionado al dibujo en cuaderno y salimos juntos a dibujar sus calles. El tiempo no nos acompañó. Empezó a llover mientras realizábamos esta panorámica desde la orilla derecha del río La Nive. No paró en todo el día. El cuaderno iba mojándose y tuvimos que guarecernos bajo un toldo. Afortunadamente so se mojó demasiado y pude disimular con el pincel de agua, algunas gotas.
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Posteriormente nos refugiamos bajo estos porches y pude hacer este otro boceto rápido.
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Como el día impedía dibujar en la calle, fuimos al claustro de la Catedral (donde el año anterior me quedé encerrado en él) y pudimos instalarnos sin mojarnos para dibujar una de esas agujas características de esta Catedral, que la hacen visible desde lugares lejanos.
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Al día siguiente, volví al mismo lugar y pude dibujar esta perspectiva de una de esas calles que conducen a la Catedral. Lo dibujé desde el mismo centro de la calle, de pié.
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Esta es otra de esas calles que convergen en la Catedral.
Todos en cuaderno de viajes con pluma y pincel de agua.