miércoles, 5 de octubre de 2011

Casa de la Caridad - Barcelona

A todos, os pido disculpas por no poder entrar en vuestros blogs y poneros comentarios. Me resulta imposible.

Cometí la enorme torpeza de querer cambiar de Compañía para tener, supuestamente un mejor servicio de Internet. Pues, la anterior compañía, Movistar (telefónica) me ha castigado quitándome el servicio. Mientras la otra, Orange, dice no saber nada. Total, llevo hoy, veinte días penalizado sin poder conectarme!!

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La Casa de la Caridad de Barcelona.

Esta casa desempeñó funciones de centro de beneficiencia y acogió, a lo largo del siglo XIX, actividades productivas muy diversas realizadas por los hospicianos.

Vagabundos, mendigos, fatuos, imbéciles, pillos, idiotas, enajenados, decrépitos, bordes, anormales, hijos mal inclinados... son algunos de los términos que, si bien hoy en día tienen connotaciones claramente negativas, hasta muy entrado el siglo XX se usaban de forma habitual para definir a la población más desfavorecida, dicho de otro modo, la masa social no productiva. Después de la Ilustración y con la introducción de las doctrinas higienistas, el concepto de caridad cristiana entendido como simple auxilio al pauperismo, empezó a quedar obsoleto, surgiendo un nuevo concepto de beneficiencia centrado en la formación y el trabajo. La Casa de Caridad fue un claro ejemplo de este cambio de mentalidad. Se convirtió en "una ciudad" dentro de la ciudad, con una compleja estructura organizativa, convirtiéndose en una de las más importantes instituciones benéficas del país.

A finales del siglo XVIII, la real Casa de Caridad se instaló en el edificio del antiguo Seminario Conciliar de la calle Montalegre del Barrio del Raval.

Dedico, este dibujo a Miguel Pantaleón y su hija que hizo una brillante "tesis doctoral" de la Casa de Caridad.

Arches 300 gr/m2 de 31 x 41 cms grano grueso.

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Abajo, hice este dibujo mientras buscaba algun lugar para luego hacer la acuarela. Me encontré con este salón, que no sé si hoy sigue funcionando. El famoso salón de baile "la paloma", que los que tenemos más de cincuenta años, recordamos con nostalgia, porque allí íbamos a buscar pacientemente a alguna señorita que nos gustase y nos concediese ese baile. Algo que no siempre ocurría ( llamado: calabaza).

Si conseguías más de un baile con la misma señorita, pasabas toda una una semana pensando en ella y deseando volver a encontrarla la semana siguiente.

Eran otros tiempos!!!!

Cuaderno de viaje de Barcelona