Mientras pintaba esta acuarela hace unos meses, a mi lado estaban durmiendo unos indigentes, acompañados de perros, latas, carros y dormían todos en unas mantas sucias cuyo tufillo me llegaba. Me gustó la perspectiva y me instalé a pintar ahí mismo, cerca de ellos. Cuando se despertaron me miraron con recelo, pero poco a poco se fueron acercando y uno de ellos, llamado José, entabló una larga conversación conmigo y me regaló una caja de acrílicos. Entre ellos había una mujer que dormía entre los perros, sucia y malhumorada que al despertarse me miraba con malos ojos. José me dijo que que no me preocupase, que era su caracter y que su mujer era inofensiva. Con los otros, hablamos y hablamos hasta que finalicé esta acuarela, ya mostrada en este blog.
Varios días después, que salimos a pintar cerca de ese lugar pasé a saludarles. José me reconoció y se alegró al verme. Ya no estaba su mujer con él y me dijo que había desaparecido. No sabía donde podía estar. Me pidió que si la veía, le hiciese un retrato y que se lo llevase para tenerlo a su lado y recordarla.
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Hace unos días fuimos a pintar al puerto y me quedé en la plaza Medinaceli. Delante, en un banco y en el suelo, estaban cuatro o cinco indigentes. De entre ellos había una mujer, sucia y mal encarada. No hacía más que despotricar contra mí y a todos los que por ahí pasaban. A su lado, había otro que se acercó a donde estaba pintando, se sentó a mi lado y me entabló conversación. Se marchó diciendo que lo que estaba haciendo le gustaba, mientras la señora seguía vociferando. Cuando finalicé la acuarela fui a donde este último indigente a enseñarle el trabajo finalizado. La señora también quiso ver la acuarela, la enseñé y a partir de entonces todo eran bendiciones y piropos para mí.
No sé porqué, presentí que esa señora era la misma que estaba con José, del anterior grupo de indigentes. Efectivamente lo era!
Me dijo, que José había muerto. No comía nada y bebía mucho.
Entonces le conté que José me había pedido que hiciese un retrato de ella para tenerla a su lado.
De sus mejillas asomaron unas lágrimas!
..conmovedora historia Joshemari, tan real que parece ficticia...la conexión de todo eres tú y tus maravillosas acuarelas...no podía ser de otro modo!!! Un fuerte abrazo y lo mejor para tu año!!!
ResponderEliminarPreciosa la acuarela, y mucho más la historia que le acompaña; CONMOVEDORA!!!
ResponderEliminarUn abrazo
Une histoire de coeur est toujours une belle histoire...parfois triste. Aquarelle et dessin je les aime tous les deux. Bisous.
ResponderEliminarA veces el destino, el azar, nos muestran las realidades más crudas, historias tristes, que casi siempre pasan inadvertidas.
ResponderEliminarAl final todos, buscamos cariño.
un beso
Una historia Real y que estamos viviendo por desgracia cada día mas,esperemos que este año venga cargado de esos deseos de bienestar,
ResponderEliminarLas acuarelas preciosas.
Un Abrazo
Una emocionante historia.
ResponderEliminarPor cierto ¿donde está la Plaza de Medinaceli, exactamente? ¿sabes si se llama así porque allí está el Crsto de su nombre?, me encantaría tener respuesta a estas preguntas, gracias de antemano.
Apreciado amigo, conozco esa historia de primera mano porque nos vemos todos los miércoles del año, pero al leerla me ha impactado. La calle es muy dura para mucha gente y por desgracia seremos testigos de más casos como este.
ResponderEliminarEn cuanto a tu precioso apunte del 2006, ya te he comentado más de una vez que la gama de color será muy difícil de superarla.
Un fuerte abrazo.
Para amantes de la documentación, la historia la explicas en tu entrada del blog del 13 de julio de 2011, y en la del blog de la Colla del 15 de julio (titulada Calle Flassader etc.) En la primera, la historia retoma la visita al lugar de la semana anterior donde la mujer ya ha desaparecido, y va junto a otra historia de una mujer del tren que tiene cierto vago eco con la primera, cosa que te comenté en el blog de la Colla. Pasa medio año. Tú no retomas la historia sino que, al parecer, viene a ti... aunque sin negar que te volviste a acercar al lugar de los indigentes en la primera ocasión de motu propio y que ahora te acercas a enseñar el trabajo abiertamente a los indigentes. Es cierto que al final hay dos lágrimas, pero el acento parece puesto en tu propio papel inquietante de receptor de las pinturas y el encargo del finado de retratar la amada, una extraña conexión... ¿Existen las coincidencias o todo está conectado o lo conectamos sin darnos cuenta? Tu ruta de las carassas se complementa con tu ruta de los indigentes: una fuerte llamada de los aspectos más marginales de la ciudad que acoges con esa obertura franca que te caracteriza. ¿Dónde va a parar? No sé. Quizás hayas de hacerle el retrato. Lo que es claro es que la literatura te habita más de lo que dices.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué historia, Joshemari! ¡Eres el Frank Capra de la acuarela! Tus textos y tus obras traspasan la pantalla.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Touchante histoire Joshemari, la vie n'est pas qu'un long fleuve tranquille, mais les petits bonheurs font du bien , autant que les gros. Beau témoignage que cette aquarelle.
ResponderEliminarJo, ahora sois vosotros los que me emocionáis. No creí que tuviese tanto alcance. Eso quiere decir que estoy rodeado de muy buenas personas.
ResponderEliminarHola May, pues sí, es una historia que la conocí y me entristeció durante las fiestas y lo guardé hasta hoy, para no hacer sufrir a nadie innecesariamente. Estas cosas suceden todos los días y no nos enteramos o no queremos enterarnos.
Gracias May. Un beso.
Gracias Mikel, los que salimos con frecuencia a la calle nos encontramos con historias de todo tipo. Afortunadamente no todas son tristes.
Gracias por decir que te han gustado la acuarela y el dibujo.
Un saludo.
Oui Olivia tu as raison. C'est triste mais c'est la vie! On connaît ces histoires parce que on est presque tous les jours dans la rue. Et moi je parle avec tout le monde. Je suis un bavardeur!
Merci, bisous.
Hola Susana, estuve pensando varios días si publicar o no esa triste historia. Pero creí que debía divulgarla. Es triste y a la vez hermosa.
Es cierto, todos buscamos cariño.
Otro beso.
Antonio, gracias. Desgraciadamente estas cosas seguirán pasando.
Me alegro que te hayan gustado las acuarelas. Una ya la había presentado.
Un abrazo.
Muy buena la historia, parece la introducción de una novela negra, la verdad muy emotiva, es verdad que pintando en la calle te encuentras con muchas situaciones raras, quizás porque el pintor en la calle es un marginal,alguien que desentona en la rutina de la ciudad y hace que provoca curiosidad y que la gente se acerque y entable conversación.
ResponderEliminarTambién quiero felicitarte por el anterior trabajo del circo, es fantástico, la verdad es que es un tema muy interesante, intentaré tratarlo cuando venga uno a La Coruña.
Un abrazo.
Correcaminos, gracias.
ResponderEliminarLa plaza Medinaceli, es una plaza que está en la calle Ancha. Hay viviendas por todos los lados menos por la parte que da al paseo de Colón. Al puerto antiguo. Está a una manzana de la Iglesia de la Merced. En el casco antiguo de Barcelona. Que yo sepa no hay ningún Cristo de Medinaceli.
Un abrazo.
Sí Raimundo, te lo conté el mismo día. Me impactó al ver a esa mujer llorar.
Así de dura es la calle y nosotros la solemos conocer de primera mano. Generalmente, un pintor en la calle da mucha confianza y suelen acercarse. Tienen ganas de hablar y contar sus historias. Suelo escucharlas. Vivimos muchas anécdotas. Lo que pasa es que generalmente no son tristes.
El apunte del 2006, que no vale lo que tú dices, lo hice precisamente a unos indigentes en blanco y negro. Luego le puse color en casa. Generalmente no les gusta que les pinten... ni siquiera que les fotografíen.
Es como esas rumanas con críos en brazos...ya me gustaría pintarlas, pero tiene que ser a través de una foto...y de lejos. Que no se enteren.
Precisamente ese José aceptó que le pintase... llegué tarde! Ironías de la vida!
Un abrazo.
Carlos qué memoria tienes y qué trabajo en buscar toda esa información.
No buscamos ninguna historia sino que ellas están ahí y nosotros las encontramos. Dudé mucho de contarla porque se aparta de las acuarelas, pero al menos todo se desarrolló mientras pintaba.
La mujer del tren era una pequeña anécdota que se me presentó delante, pero no tiene nada que ver con lo de los indigentes.
Lo único en común es que me los encuentro y lo publico.
En fin, ya ves que me enrollo un poco...o mucho! En la calle, en el circo… en todos los sitios. Sobre las Carassas, ya tengo tres más que la próxima semana las publicaré. Dos de investigación propia y otro de alguien que me lo envió a raíz de mi escrito.
Mira soy así! A veces me meto en cosas que nadie me llama.
Gracias. Un abrazo.
Afortunadamente Oñera, las historias que me encuentro, vivo y los cuento, son más agradables que esta y generalmente con niños. Las tuyas , sí que son hermosas.
Gracias.
Un abrazo.
Tu as raison Lydie, la vie est plein de ces histoires. Heureusement, pas toutes tristes.
Merci beaucoup.
Bisous.
Hola Joshemari, una historia que como comentaba masQmay parece ficticia pero es real y que nos acerca a través de tus acuarelas a una triste y emocionante realidad y que a los que pintamos en la calle a veces la vemos en directo y somos testigos de ella a traves de nuestros trabajos. Un abrazo.
ResponderEliminarTan querida Joshemari tipo,
ResponderEliminarGracias por compartir la preciosa historia que toca nuestro corazón. Sus mensajes son siempre humano y lleno de amor. Pero sin hogar no es un tema fácil. Aunque una vez me ayudó a servicio de alimentos, la mayoría de la gente permaneció en las calles. Sus dibujos son muy agradables. El palacio se ve maravilloso con dignidad. Pero la segunda es más ojos pegadizo de su humanismo.
Un saludo y abrazos, Sadami
Dear so kind Joshemari, Thank you for sharing the precious story that touches our hearts. Your posts are always humane and full of love. But homeless is not an easy issue. Although once I helped food service, most people remained on streets. Your sketches are really nice. The palace looks wonderful with dignity. But the second one is more eye catchy from your humanism.
Kind regards and hugs, Sadami
Me quedo sin palabras ante tus dibujos y las historias que los acompañan.
ResponderEliminarGracias
Te admiro Joshemari por tu humanidad, por ese involucrarte en la vida y emocionarnos con tus historias. Y además eres un gran artista.
ResponderEliminarUna historia muy triste! Siempre me das pena mirando esta gente.. pensando..que esto no debe pasar. Nadien debe sufrir asi.
ResponderEliminarUna acuarela muy precioso, como siempre, Josh.
Un abrazo.
Francis, te agradezco el comentario acerca de este triste asunto. Estoy de acuerdo contigo, que al estar en la calle se nos acercan todo tipo de gente y suelen sentirse cómodos con nuestra compañía. Son muchas las historias que he vivido, pero esta me emocionó. Y como sucedió mientras pintaba y ya había hablado de estos encuentros, decidí publicarlo.
ResponderEliminarGracias también por decir que la acuarela anterior del circo, te gustó.
Un fuerte abrazo.
Hola Carlos, es un leve paréntesis de nuestras vivencias en la calle. Muy triste, pero muy real. Pobre gente!
Gracias.
Un abrazo.
Sadami, gracias por leer este triste artículo, que me encontré sin buscarlo delante de mí. Es así!! C'est la vie!!! Y hay tantos casos similares... parecidos a este... que no nos llegan!
No soy esa persona tan humana, como dices... no! Fue un hecho, que se me presentó y decidí publicarlo. La gran tristeza que me dio, me motivó para contarlo.
Gracias por tus palabras y me alegro que te haya gustado la acuarela y ese dibujo que hice hace unos años.
Un fuerte abrazo.
Fusy, no quiero dejarte sin palabras!!! Je,je. Sino todo lo contrario! Quiero verte en estas páginas con frecuencia.
Las historias ya vendrán solas...Yo las seguiré contando!
Gracias a ti. Un saludo.
Querido Joshemari: cuando salimos a pintar es normal que nos pasen cosas, pero tu historia es absolutamente conmovedora. Eres tú quien la ha creado... no es tan solo un sucedido en el que te hayas mantenido al márgen. Si no llegas a hablar el primer día con José, si no llegas a enseñar despues a los otros mendigos y a la mujer la acuarela posterior, si no llegas a mostrar ese caracter afable y educado con el que atraes a cualquiera, ésta historia no hubiese sido posible. Es como un cuento...triste pero de mucho provecho.
ResponderEliminarTal vez la presencia de esos indigentes, el tufillo de sus mantas y el aúrea de José, te inspirasen para hacer esta acuarela TAN MARAVILLOSA. Las luces, las sombras, los personajes en blanco...GENIAL.
Un fuerte abrazo y un brindis por José.
Tina, no es humanidad, sino que como hablo con todo el mundo, me encuentro con historias generalmente muy curiosas, pero en este caso... resultó muy triste!
ResponderEliminarTengo cientos de anécdotas de cosas que me han sucedido en mis salidas a dibujar o a pintar.
Y lo de artista...bueno, bueno... no hay para tanto. Gracias.
Un abrazo.
Hola Hilda! Has entendido toda esa historia? Me alegro, porque las traducciones suelen ser bastante malas y en algún caso, utilizo un poco el "argot", que debe complicar aún más!. Pues sí...Hermosa historia pero muy triste.
No debería pasar, pero desgraciadamente, pasa con frecuencia...y preferimos ignorarlo!
Me alegro que te guste la acuarela. La hice en julio.
Gracias. Un abrazo.
Gracias, de nuevo Skizo.
Amigo Kubi, este asunto se aparta un poco del tema de bajar acuarelas, pero al vivir tan de cerca esta triste y a su vez hermosa historia, no pude evitar el contárosla. Al fin y al cabo en este mundo de la acuarela y generalmente el arte, apareja sensibilidad. Tengo grandes amigos en este mundo y todos llevamos en nuestro interior bastante sensibilidad y es por ello que al haberme dolido esta noticia, la he querido transmitir y repartirlo con todos vosotros y el resultado, es que estos amigos están respondiendo con también con una gran carga de sensibilidad. Me hace feliz sentirme tan bien acompañado.
Fue una serie de acontecimientos hilvanados que me hicieron vivir esta tiste historia de unos personajes, que quizás no vuelva a verlos nunca más. Seguramente encontraré a otros con otras historias.
En fin, la acuarela se la regalé a un gran amigo que cumplió los setenta años y había trabajado durante casi toda su vida en unas oficinas, debajo de esos arcos. No lo sabía y fue una sorpresa y un gran regalo para él.
No le expliqué que debajo de lo que fue su despacho dormían unos indigentes... esa historia es nuestra!
Otro brindis por José!
Una abrazo.
Preciosa historia, una buena anecdota que seguro que siempre recordarás. El pintar en la calle siempre da mucho de si, yo recuerdo tambien alguna historia de alguien que se te acerca y te cuenta algo, como que era amigo de mi padre y que yo me parezco mucho a él, pero nunca me ha pasado algo tan triste y emotivo como esto
ResponderEliminarSí Álvaro si, los que pasamos horas en la calle nos encontramos cantidad de historias inverosímiles, pero tan tristes... es la primera! Por eso lo cuento, para divulgar una realidad que está ahí...cerquita de nosotros.
ResponderEliminarPobre gente!
Un abrazo.